Quieren modificar la Constitución para agravar el error autonómico, no para corregirlo, por Javier García Isac 

Quieren modificar la Constitución para agravar el error autonómico, no para corregirlo, por Javier García Isac 
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Todo lo que rodea a la cuestión catalana es ridículo y esperpéntico. El pleno del parlamento catalán donde Puigdemont declara un estado independiente en forma de república, para segundos después dejarlo en suspenso, es solo un acto más de esta tragicomedia en lo que se ha convertido España en general y muy particularmente Cataluña. Los distintos protagonistas de esta obra, no están a la altura del momento histórico que estamos viviendo. Nos engañan de forma continua y continuada. Nos hablan de actos ilegales, pero por el momento ninguna medida eficaz para evitar las ilegalidades y las traiciones. Nos dijeron que el 1 de octubre no se votaría, y se votó. Nos dijeron que el estado de derecho prevalecería frente al golpismo, y se sigue sin detener a los sediciosos, a los culpables.

Ahora el gobierno de España, en otra vergonzosa pantomima, le requiere, le pregunta al gobierno catalán si es cierto que ha declarado la independencia. No doy crédito a las palabras de Mariano Rajoy. Necesita preguntar una obviedad. Sigue buscando excusas para no hacer nada, para inhibirse en una cuestión tan grave como es la defensa de la unidad de España.
El gobierno sigue parapetado detrás de jueces y fiscales, sigue oculto detrás de declaraciones y palabras vacías y grandilocuentes, sigue haciendo dejadez de funciones y sigue eludiendo su responsabilidad. Que la constitución del 78 esta amortizada, es más que una evidencia. Lo reconoce la izquierda, cuando solicita su reforma de manera reiterativa y lo reconoce el gobierno, cuando es incapaz de aplicarla. Llevamos 40 años haciendo la misma lectura constitucional, no dudo de que existen otras interpretaciones, pero por desgracia, esas otras interpretaciones nunca se han aplicado, nunca han llegado.
Hablan de golpe de estado, de golpe a la democracia. Poco les debe importar el estado, poco les debe importar la democracia. Eluden hablar de que esto es un golpe contra España. Ni la democracia, ni la constitución están en juego. Posiblemente, lo que ahora vivimos es la evolución lógica del régimen del 78, la evolución lógica de una constitución que se ha visto incapaz de mantener la unidad del país, porque en su redactado dice una cosa y la contraria, y porque aquellos que debían interpretarla, nunca tuvieron dudas en vaciar de contenido las atribuciones del gobierno central.
Necesitamos una catarsis que revierta una situación compleja, inmoral e insostenible. Ya no se trata de volver al “status Quo” anterior al 1 de octubre, ya no se trata de mirar hacia otro lado como si nada hubiera pasado. Nada de eso vale ya. Necesitamos replantearnos el actual modelo autonómico, necesitamos un debate serio y con garantías, por encima de intereses partidistas, por encima de siglas y lobbies de presión que decida si deseamos mantener las autonomías, si deseamos esta distribución territorial que nos ha llevado al desastre, nos ha conducido a la desigualdad entre ciudadanos de un mismo país. Nos ha dividido por castas y privilegios según donde uno resida. Han cuartado nuestra libertad y han secuestrado nuestra democracia.

Nos hablan de reformas constitucionales, pero no nos preguntan nuestra opinión, no nos dan alternativa de elección. Nos hacen pensar que somos libres por votar cada cierto tiempo, pero nunca en cuestiones verdaderamente importantes. No podemos ni debemos obviar las manifestaciones patrióticas de los últimos días, no debemos permitir la manipulación ni la domesticación de la protesta. Habremos dado un giro de 360 grados para encontrarnos en el punto de partida haciéndonos creer que algo cambió. PP y PSOE no son la solución, son parte del problema. Se pondrán de acuerdo, pactarán, cerdearán, modificarán la constitución, pero para ahondar en el error, nunca para corregirlo. Y puedo asegurar que en nada de eso seremos preguntados. Volveremos a abandonar Cataluña a merced de sediciosos y golpistas. Los mismos que llevan gobernándola los últimos 40 años.